Cuando leemos lo hacemos por un motivo, buscar información, seguir unas instrucciones, por placer,.... En el centro escolar leemos para hacer unos ejercicios, resolver unos problemas ... Es decir, la lectura no es una destreza pasiva. Por ello, para que adquiera sentido, debemos relacionarla con un “para qué”.
Entender no es comprender exhaustivamente todo el texto, sino sólo aquello que se busca, lo que se necesita para cubrir nuestras necesidades de información.
Como siempre, nosotros, como profesores, debemos conocer cuáles son los conocimientos previos del tema que posee el alumno. Podemos hacer antes unas preguntas para despertar su curiosidad e, incluso, formular hipótesis sobre lo que se va a leer.
Y si la lectura está conectada con los intereses del alumno y su mundo referencial, mucho mejor.
Un texto puede leerse de tres formas:
- Lectura superficial. Consiste en echar una ojeada al texto para saber de qué trata.
- Lectura intensiva. Se busca información específica, concreta, ignorando los detalles.
- Lectura extensiva. Para comprender la totalidad del texto.
Hay que hacer ver al estudiante que no es necesario entender todas las palabras para poder llegar a entender el conjunto.
El texto puede trabajarse en tres etapas.
-Fase de pre-lectura.
a) Definición de la tarea, del objetivo que tiene la lectura del texto:
· Seguir instrucciones escritas.
· Localizar una información concreta.
· Hacer hipótesis sobre el contenido, confirmar o reestructurar esa hipótesis.
· Ordenar dibujos de acuerdo con un texto, completar los huecos en blanco,...
· Emparejar dibujos y textos.
· Imaginar el desenlace de una historia.
· Hacer frases que resuman el contenido.
· Poner título a un texto.
· Resumir un texto con un determinado número de palabras.
· Reconstruir textos que han sido cortados y mezclados.
· Contestar a preguntas formuladas por el profesor (verdadero/falso, comprensión literal, de comprensión interpretativa, de comprensión crítica,...).
· Elaborar preguntas a respuestas dadas.
b) Activación de los conocimientos previos:
· Reconocimiento del género y tipo de escrito.
· Reconocimiento de la estructura formal del texto.
- Fase de lectura.
Uso de estrategias lectoras: inferir significados, rellenar lagunas de comprensión, formar hipótesis, predecir, confirmar y modificarlas.
- Fase de post-lectura.
Actividades de expresión oral, escrita, de vocabulario, de deducción de reglas gramaticales, etc.
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